En una situación aparentemente tranquila y cinco metros por delante del área citizen, Aké cedió el balón de cabeza a Gvardiol. El croata, en una respuesta automática, decidió retrasar el balón hacia Ederson. Su pase, que cogió mucha altura pero poca velocidad, se quedó corto, perfecto para que Hadj Moussa lo interceptase, regatease al brasileño y marcase a puerta vacía.
El Feyenoord terminaría empatando un partido que en el minuto 74 perdía por tres goles a cero. Una remontada que daba comienzo oficialmente a una realidad desconocida hasta el momento: el Manchester City de Guardiola estaba pasando por un proceso de humanización. Ya no eran seis derrotas desafortunadas. El equipo estaba vacío de ideas, limitado físicamente y en un perpetuo ataque de pánico.
La baja de Rodrigo Hernández, una de varias, mermó tremendamente al equipo: Guardiola no había perdido únicamente al mejor jugador del año 2024. Rodrigo era el futbolista que hacía que el sistema no pendiese de un hilo. Su ausencia desencadenó el descontrol, las prisas y la individualidad. Los problemas que se habían deslizado tímidamente en el City, salieron a la luz de manera estrepitosa durante ese periodo de 9 derrotas en 12 partidos. A ellos se le sumó el constante envejecimiento de una plantilla que llevaba años sin experimentar un relevo como el que parece estar de camino.
El descontrol se ha vuelto un elemento popular en los partidos del equipo mancuniano esta temporada. Tarda más en recuperar el balón (tiene un PPDA superior al del año pasado - 13.9 vs 11.8) y quiere finalizar más rápido (realiza menos pases por remate - 34.9 vs 37). Guardiola ha visto como su equipo reduce su porcentaje de posesión en 4 puntos porcentuales. Los rivales han pasado de promediar un 34% de posesión a un 38.4%. Para alguien que abandera el fútbol de control, esto es la locura.
Lo que ofrecía Rodrigo no lo puede replicar el Manchester City con ninguna de sus combinaciones de perfiles en mediocampo. Todos son futbolistas con vocación ofensiva y todos quieren presionar, a pesar de no tener ya la red de seguridad que constituía el español y en muchas casos (De Bruyne, Gundogan) tampoco el físico que tuvieron antaño para hacerlo. El continuar jugando como siempre ha hecho que el City se haya quedado a medias en repetidas ocasiones: en el desierto entre presionar o replegar.
En el gol de la victoria del Brighton, el equipo citizen demuestra de manera clamorosa la dicotomía en la que se ha visto encerrado durante varias fases de la temporada. Cuando el City no presionaba alto o con intensidad, el bloque se mantenía junto a una altura considerable pero ni se ejercía presión sobre el pasador y ni se tapaban posibles líneas de pase.
Entonces, Baleba puede pasar a Welbeck que deja de cara a Joao Pedro. Con tres pases, el Brighton ha girado al Manchester City y ya puede correr hacia el espacio que deja la última línea, muy adelantada en relación a la poca intensidad que se ejerció sobre el pasador.
En el espectro contrario están los problemas que ha tenido el City para elegir cuando presionar y cuando no. Tras una pérdida de pelota en campo rival, Foden, Haaland y De Bruyne se activan para presionar la salida del United. Sin embargo, el belga se queda a medias y desprotege la distancia de seguridad que había entre él y Gundogan. Con un simple pase el Manchester United desarbola la presión.
A curar estas indecisiones no ayuda que no hubiese un recambio especifico de Rodrigo, porque ante el Brighton fueron Nunes y Kovacic, pero otras veces han sido Kovacic y Gündogan, o Kovacic como único mediocentro. Nadie se ha consolidado. La ausencia de Stones, mediocentro momentáneo durante la Champions League que gana ante el Inter de Milán, tampoco ayudó a reconstruir el centro del campo. Kovacic, especialmente, ha sufrido como mediocentro único.
En la derrota ante el Aston Villa, en una situación de presión alta, Kovacic debe elegir qué pase tapar: un posible envío sobre Rodgers, que había descendido desde la doble punta, o un pase sobre Tielemans.
El croata decide y bascula claramente hacia un lado. Dibu Martínez aprovecha esta situación y pasa sobre Tielemans, cuyo movimiento de apoyo es seguido de manera tardía por Stones.
Hasta aquí no habría demasiado problema: a pesar de llegar ligeramente tarde, Stones evita que Tielemans pueda girarse. Sin embargo, Kovacic pierde completamente de vista a Rodgers, que se desmarca a su espalda. Cuando el croata quiere figurarse de dónde está su marca, Rodgers ya corre al espacio entre centrales. El campo de visión del croata ha estado únicamente pensando en el balón. Es la lectura de ese tipo de situaciones la que no ha sabido Guardiola remplazar tras la lesión de Rodrigo.
Un reemplazo indirecto pero necesario
Es gracioso porque ninguno de los fichajes que el Manchester City ha oficializado, o planea oficializar en el momento en el que se escribe esto, viene a solucionar directamente los problemas de los que hemos hablado. De hecho, diría que viene a hacer del City un mejor equipo en esas situaciones que no le agradan tanto y que le estaban haciendo sufrir: la verticalidad para encontrar remate, la agresividad que evite pasividad en el bloque y la velocidad para defender el espacio.
Sin embargo, más allá de cualquier motivo, el City debe solucionar un problema que va más allá de lo táctico: necesita rejuvenecer la plantilla.
La del equipo citizen es la cuarta plantilla más mayor de la Premier League con una media de edad de 27.2 años. Solo 5 futbolistas de la plantilla puede ser considerados en edad perfecta (de los 24 a los 28): Haaland, Dias, Foden, Rodri y Nunes. En cambio, de 11 futbolistas podríamos decir que su mejor nivel ya es cosa del pasado.
Por este motivo, en el momento en el que se escribe esto, los nombres que suenan para el City son Omar Marmoush, Abdukodir Khusanov y Vitor Reis.
Omar Marmoush es un atacante de muchas posiciones. De hecho, la incógnita está en saber dónde va a jugar con Guardiola. Se podría decir que es un segunda punta, principalmente, que en Frankfurt ha tenido libertad de movimientos.
Este año, su rendimiento de cara a puerta ha explotado. Han sido 13 goles de 8.3 xG. Marmoush apunta a sumar los goles que el Manchester City perdió con la salida de Julián Álvarez. Además, el jugador egipcio es autosuficiente: solo seis delanteros promedian más que sus 3.2 regates completados por partido, pero ninguno pierde menos la posesión que Marmoush. Combina capacidad de regate con habilidad para elegir los tiempos de sus acciones.
En la parcela defensiva es Man. City ficha dos jugadores que son más potencial que realidad. Abdukodir Khusanov es un defensor con agresividad controlada. Muy difícil de superar en el duelo individual y con velocidad para defender los espacios.
Con el uzbeko la gran duda es saber si su nivel en el pase está a la altura de lo que le demandará Guardiola. Sus 0.9 pérdidas peligrosas por partido le sitúa en el 17% de defensores que más cometen. No es un central que rompa líneas con frecuencia, de hecho, el xT promedio de sus pases está ligeramente por encima de la media. Por debajo de la media, y bastante, está su capacidad de conducción: conduce poco y progresa igualmente poco.
En cambio, con Vitor Reis pasa quizás lo contrario. Sus números pasadores son muy buenos para su edad: entre los 89 defensas con más de 450 disputados en el Brasileirao 2024, fue el 11º que mayor porcentaje de peligrosidad añadió a sus pases (14.2%). En ninguna de nuestras métricas de pase está por debajo de la media.
Pero al ser regateado 3 de cada 10 veces que intentó un tackle y teniendo un porcentaje de éxito en duelos ofensivos del 56.7%, habrá que ver cómo evoluciona Reis, sobre todo físicamente. No parece estar preparado para contribuir masivamente.
Si bien es cierto que recientemente sus fichajes no ha tenido el acierto que se le presupone a un club con sus posibilidades, el Manchester City hace apuestas medianamente seguras con estos tres futbolistas. No cubre directamente la baja de Rodrigo Hernández, pero hasta verano apuntala su plantilla para poder competir. Lo más importante, por encima de lo táctico, es que invierte en futuro, que era algo que necesitaba.
