"Lo mínimo que se puede hacer es correr, esprintar, cubrir terreno y demasiados de nuestros jugadores no lo hicieron”, estas fueron las palabras de Frank Lampard nada más finalizar el partido contra el Leicester. El Chelsea se descolgaba en la tabla y los rumores en torno a su continuidad aumentan día a día. Está siendo una temporada difícil para los blues especialmente por la irregular adaptación de los fichajes estrella de este verano, pero si analizamos un poco más en profundidad, vemos que las palabras de Frank Lampard no son vacías, su Chelsea está lejos del nivel que mostraba hace un año especialmente en ese trabajo sin balón que tanto reclamaba.
Los refuerzos en el ataque del Chelsea están lejos de las cifras que promediaban en cursos pasados. Tanto Timo Werner como Kai Havertz están adaptándose a roles muy diferentes a los que tenían en Alemania y Hakim Ziyech no ha tenido mucha regularidad por problemas físicos. Pero más allá del acierto con balón, este Chelsea no es el mismo cuando debe presionar. En la corta carrera de Lampard como entrenador podemos atisbar que no es un especialista defensivo y que prefiere arriesgar para recuperar muy arriba a organizarse cerca de su portería. El problema es que la 2020/21 está mostrando a un Chelsea que presiona peor y que domina menos cuando busca una presión alta. No es sólo que de media el equipo ha bajado de 11 a 12,5 PPDA (Pases por acción defensiva), el problema es que cuanto más presiona más vulnerable es el equipo.
Ahora el Chelsea presiona menos y cuando lo intenta es más fácil de superar. La comparativa con los primeros meses de Frank Lampard en el cargo es aún más dolorosa porque en la primera mitad de 2019/20 el Chelsea es cuando más activo estuvo el equipo en campo rival. Sumando tackles, intercepciones y resto de recuperaciones el Chelsea conseguía 42 posesiones en medio y campo rival, ahora esa cifra ha bajado a 33. Y el problema no es tanto el volumen total, los rivales ahora consiguen progresar más en zonas interiores. Lejos de ser un problema localizado en un costado, el Chelsea ahora roba menos y permite más progresiones en zonas interiores. Si la temporada pasada era la banda derecha el sector donde los rivales conseguían algo más de espacio, ahora el problema parece más grave, siendo el medio el sector más débil en la presión.
Nadie duda del potencial del ataque del Chelsea pero muchas piezas han cambiado en poco tiempo y parece normal que las cifras ofensivas hayan caído. Lo que no se puede permitir el Chelsea de Lampard es seguir empeorando sin balón, especialmente con la presión alta que tan vital fue el curso pasado para asegurar el cuarto puesto de la pasada Premier League. A falta de encajar toda la artillería para recuperar el nivel de 2019/20, el sucesor Frank Lampard necesita solucionar el problema sin balón.
Somos Driblab, una consultoría especializada en el análisis estadístico de jugadores y equipos; nuestra labor se centra en asesorar y minimizar el riesgo en la toma de decisiones en el fútbol profesional en áreas relacionadas con la detección de talento y evaluación de perfiles. Nuestra base de datos cuenta con más de 180.000 jugadores de más de 180 competiciones, abarcando así información de todo el fútbol mundial. Aquí puedes conocer mejor cómo trabajamos y qué ofrecemos.