Aunque el mercado de traspasos de verano en Europa no haya comenzado, el fichaje de Erling Braut Haaland por el Manchester City va a ser uno de los más importantes de éste y seguramente de los próximos años, dada la dimensión del jugador y las posibilidades que puede ofrecerle Pep Guardiola. El exentrenador del Barcelona y Bayern, en muchos partidos, ha prescindido de un delantero centro puro, utilizando en esa posición a jugadores como Phil Foden, Jack Grealish o Bernardo Silva en más del 60% de los minutos de esta temporada, de ahí que resulte interesante pensar hasta qué punto el noruego cambiará el juego del vigente campeón inglés.
Hablamos del que probablemente ha sido el mejor delantero centro del mundo con permiso de Robert Lewandowski en el último lustro, y al que Driblab recomendó a dos equipos de máximo nivel, uno de la Premier League y otro de La Liga, antes de que fichara por el RB Salzburg.
Para analizar su posible encaje vamos a contextualizar con estadísticas y gráficos algunas situaciones de juego donde equipo y jugador están condenados a encontrarse a la espera de saber si están condenados a entenderse. En ese sentido, parece fácil preguntarse cuál es el contraste entre la mayor fortaleza de Haaland y su correspondiente rendimiento en el City actual hasta la llegada del exjugador del Borussia Dortmund: la finalización dentro del área. Siendo el equipo qué más situaciones de gol genera (0.16 xG por tiro es un ratio bastante alto), el Manchester City no ha tenido una gran efectividad goleadora, más bien sólo correcta.
Observando el mapa de finalización del equipo eliminando todos los disparos realizados desde fuera del área, la zona donde más incidencia tiene el noruego, el equipo ha marcado lo que ha generado en términos de probabilidad y efectividad (75 goles - 75.4 xG), pero esos números serían mucho mejores con un delantero centro de primerísimo nivel, como es el caso de Haaland, que durante sus tres años en Dortmund suma un diferencial de +23 (65 goles por 42 xG). Es decir, dentro del área, Haaland debería de elevar la efectividad del equipo con total garantía. Sin ir más lejos, los números del Bayern con Lewandowski dentro del área son de 85 goles y 78 xG (+7).
El segundo dato interesante es el de centros al área intentados y completados por el Manchester City en las últimas seis temporadas, desde que lo entrena Pep Guardiola, una situación de juego donde Haaland puede sacar ventaja de su talento para conectar y materializar oportunidades:
Aunque no es un gran rematador de cabeza, su intuición y determinación para encontrar el espacio y rematar desde cualquier posición y ángulo debería perforar las redes tras muchos de los centros que dibujan los De Bruyne, Cancelo, Mahrez o Sterling, básicamente porque su timing entre el momento en el que se pasa la pelota y se remata es simplemente el mejor que existe en el mundo. Un caso análogo interesante para tener presente es el de Cristiano Ronaldo tras su fichaje por la Juventus de Turín. En la temporada previa a su llegada (2017-2018), el conjunto también dirigido entonces por Massimiliano Allegri se situó como el 14º equipo en centros al área intentados, con 14,76. En la primera temporada de Ronaldo en la Vecchia Signora, los turineses terminaron la temporada como el 2º equipo que más centros intentaba por 90 minutos, con 20,93.
Sin embargo, es indispensable comentar cómo llega el Manchester City a generar esas situaciones de gol, pues para ello domina el juego como ningún equipo y demanda en sus jugadores de ataque una precisión en el control y el pase muy alta. Desde el primer momento y de alguna forma, Guardiola le quita espacio a sus atacantes para sumar apoyos alrededor del balón, de ahí que el técnico español haya utilizado a jugadores muy precisos como delantero centro o falso delantero centro, generando superioridades y creando espacios con sus movimientos, controles y pases. Una vez llegue Haaland, ¿puede resentirse el nivel de precisión y calidad de sus ataques organizados ante rivales cerrados?
Para ello, contamos con la métrica de retención de balón en campo contrario, pudiendo medir cuánta continuidad le da ese jugador a la jugada controlando y entregando exitosamente la pelota a un compañero. En ese sentido, Jack Grealish (85,2%), Phil Foden (85,6%) y Bernardo Silva (86,6%), presentan índices muy altos de retención de balón. Por su parte, Haaland, un jugador completamente opuesto a ellos, firma una retención de balón en campo rival de 75.4% en sus tres años en Dortmund.
Y es que Erling Haaland se ha habituado a fabricarse sus propios espacios con movimientos previos, sacando de posición al central y propulsando transiciones rápidas en un campeonato donde son marca registrada. Los equipos de Guardiola juegan mucho tiempo en campo contrario, ante rivales cerrados. No obstante, dentro de ese mismo proceso y deseo de controlar los partidos, el Manchester City inicia el juego desde el portero y con pases cortos, atrayendo la presión y creando espacios intermedios y a la espalda de la defensa, donde Haaland podría erigirse como la principal amenaza.
Con el caso de Romelu Lukaku en el Chelsea de Tuchel como espejo, todas estas preguntadas serán contestadas muy pronto y podremos analizarlas en profundidad.
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